miércoles, 1 de febrero de 2012

¡que venga el frío siberiano!

Y que nos pille preparados ...
Supongo que ya habreis oido que se avecina una ola de frío de las nunca vistas (si tuvierais un meteorólogo en casa de hecho no oiriaís otra cosa en las últimas horas)

Primera recomendación: una parte importante del frío se va por la cabeza, así que ¡a taparse tocan!. Niños y mayores (venga chicas ¡es el momento de lucir el gorro monísimo de la muerte que os trajeron los Reyes! Pensareis que todo el mundo os mira por llevar esa cosa en la cabeza pero ¡no!, os estarán mirando con admiración pensando lo bien que os sienta). 

Y segunda: si podemos nos quedamos en casita y de paso preparamos menú de invierno para la family ¡ummm!

Ahí va mi sugerencia:

Vamos a preparar un caldito casero, bueno lo del caldo merecería un post completo: se puede hacer caldillo  (agua con pelín de sabor), caldete (te haces la ilusión de que se parece al de tu madre pero.. va a ser que no) y CALDO, de ese con cuerpo y color, de los que perfuman la cocina  y hacen que cuando los de casa van llegando digan ¡pero qué bien huele aquí!!!

Cómo conseguir un buen caldo: fijándose en como lo hacen las madres o las abuelas -si tenemos la suerte de tenerlas-. A mi la verdad, me ha costado muuuuuucho aprender pero creo que ya lo tengo claro: el caldo tiene que hervir, hervir, hervir ... y cuando nos parece que lleva una eternidad en el fuego ¡seguir hirviendo!
Como siempre, una buena carne y verduritas frescas son garantía pero ¡por favor, no os quedeis cortos de tiempo!!
En cuanto a que quede "recio", mejora mucho con cebolla y un par de patatas que lo hacen espesete.

Cuando la delicia esté hecha seguro que habrá alguien en casa que reclame un vasito ¡yaaaa!.  Bueno pues vamos a esmerarnos un poco en presentarlo mono (que no tengamos invitados no quiere decir que saquemos las cosas a la mesa de cualquier forma  ¿eh??).
Yo lo he servido en un vaso de doble pared (los tengo para el café con leche pero el caldo ha quedado muy sugerente).  Para el que le gusta sentir el calorcete en el vaso, si el caldo se sirve supercaliente, conseguimos que traspase la doble pared lo suficiente para sentirlo pero sin quemarnos.


Después de resucitarnos ¡que es lo que tiene el caldo, que resucita!, os propongo un magret de pato con espárragos verdes y mermelada.
El magret simplemente marcado en la plancha y vuelta y vuelta.
Los espárragos, un hervor y pasados por la plancha también  (qué buenos los de estas Navidades en casa de mis cuñados!!)

Un cordón de mermelada de frutos rojos  ... y lo mismo, un pelín de presentación, que son quince segundos más y la vista lo agradece.




Y de postre, un yogur cremoso con arándanos -estos son deshidratados- y un chorretón de miel (¡intentad tener en casa un bote de miel artesana!!)

Un cafécito ... y todo el mundo a trabajar y a disfrutar del frío que dicen que conserva.

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