Este verano elige bien tu maleta, una maleta ligera, ni muy grande ni muy pequeña y piensa qué vas a poner en ella...
Dobla tus problemas del trabajo y colócalos junto a las noticias del día, esas que hablan de primas de riesgo y rescates bancarios, en lo más profundo del saco.
Enrolla unas cuantas hojas llenas de cariño y paciencia (por si algún día cambia el aire y se avecina tormenta)
No te olvides de llevarte de
buen rollo una gran botella (si viajas en avión tendrás que conformarte con una botella pequeña)
Libros ... todos los que puedas, que aunque hay que leer todo el año, siempre es un buen plan hacerlo en verano
Pon unos cuantos vales de mimos y besos, de frases amables, de miradas agradecidas, de pequeños detalles
Y, cierra la maleta dejando un buen espacio para que a lo largo de los días se vaya llenando: con el sol que más calienta, con los juegos en la arena, con el aire fresco de una noche de verbena, con los hombros rojos de una excursión montañera, con las risas de una historia contada una noche a la fresca, con el sabor de la sandía recién cogida en la huerta, con el olorcito a sardinas, en la brasa vuelta y vuelta.
Acuérdate este verano: una maleta ligera llena de esas cosas que por ser tan importantes resulta que casi no pesan
foto:Source: frenchessence.blogspot.com.au via Ana Kral Design on Pinterest